Qué duda cabe que en Chile actualmente no es fácil llevar un proyecto energético a construcción, las estadísticas dicen que solo el 15% de los proyectos con resolución de calificación ambiental aprobada están en proceso de construcción, lo cual no deja de sorprender por lo mezquino del número.
Si uno comienza a enumerar los aspectos que pueden sepultar un proyecto tenemos una larga lista que incluye temas como medioambientales, el relacionamiento comunitario, conectividad, recurso, financiamiento, etc.
De los aspectos mencionados, centrémonos más en detalle en el financiamiento, pues sabemos que no es un tema menor al momento de definir el éxito en un proyecto. Lo primero que debemos considerar es que los bancos o inversionistas buscan buenos retornos, debido a que siempre tienen el costo de oportunidad de hacer algo diferente con su dinero.
De manera más clara, uno al vender un proyecto debe seducir a los inversionistas / financistas con dos tópicos que para ellos son fundamentales, primero que la inversión genere flujos estables / predecibles y segundo, con bajo riesgo o al menos a uno que el inversionista pueda tolerar.
Entender los flujos financieros asociados a un proyecto debe ser parte de la estrategia de venta. Si bien, es importante comprender los aspectos técnicos y de recursos, ello al final se traduce en un flujo de ingresos que es el punto medular a comprender y para ello se deben analizar de manera detallada los riesgos, pues detrás de cada riesgo hay un posible impacto en el flujo de caja.
Hay cuatro grandes componentes que afectan el acceso al dinero.
I. Los bancos ya no apuestan por precio SPOT, la razón es simple, estos no generan flujos estables, por lo anterior tener un PPA (de cualquier tipo) tiende a ser un condicionante mandatorio para obtener financiamiento o en su defecto, un ingreso más estable como el precio estabilizado o precio de nudo de corto plazo (PNCP) de los PMGD.
II. Existen nuevas regulaciones de los bancos producto de la última gran crisis mundial (2008) que se ven reflejadas en nuevas normativas (como Basilea III) donde las reservas de capital de los bancos deberán ser mayores a mayor plazo, con lo anterior se busca que los altos apalancamientos de la industria bancaria se reduzcan (es decir, los bancos generan gigantescas utilidades, sin tener mayores recursos propios). Lo anterior redunda, que los bancos prestan menos dinero del total.
III. Los bancos están menos receptivos al riesgo, y como ahora los proyectos energéticos son más riesgosos (solo recordemos, Alto Maipo) y menos rentables, estos se analizan en mayor nivel de detalle y el riesgo se refleja en tasas mayores o condiciones más restrictivas (como por ejemplo el ratio servicio/deuda, es decir tu flujo de caja necesario para pagar la deuda)
IV. La pérdida de liquidez de los mercados mundiales, se espera que la economía mundial crezca cerca del 4%, para evitar presiones inflacionarias muchos bancos centrales de diferentes países (USA principalmente) están subiendo las tasas de política monetaria, con ello se avizora que los tiempos de alta liquidez en el mundo se estén acabando, con lo cual será más complejo obtener financiamiento.
¿Qué nos enseña esto?
Los proyectos energéticos deben ser a prueba de balas (en este caso a prueba de auditorías bancarias) donde los temas ambientales, comunitarios, de conexión, recurso, contratos, etc. deben estar cuidadosamente cubiertos, pues la menor grieta en la estrategia los dejará sin financiamiento.
Si quieres proyectos a prueba de balas, lo mejor siempre será contar con un buen asesoramiento en las áreas donde no se tiene pleno control, también existen excelentes posibilidades de perfeccionarse en estas áreas. Conoce los próximos cursos a dictarse en SER-CAP.
Escrito por Juan Oda Marin. Relator curso
Project Finance ERNC
Cursos de Interés:
Desarrollo de Proyectos Eólicos PMGD
Desarrollo de Proyectos Fotovoltaicos PMGD